Crianza consciente

Ideas para fomentar su autoestima

imagen niña con sindrome de down

La autoestima es la valoración que hacemos de nosotros mismos, es saber lo valiosos que somos.

Una autoestima saludable es la base para tener relaciones sociales sanas y para poder afrontar los retos que aparecen en nuestra vida.

Si pienso que soy una persona fuerte y capaz, aceptaré y trataré de resolver los retos con más facilidad que si pienso que no soy capaz, soy débil o no estoy a la altura.

Cómo detectar si nuestros hijos tienen baja autoestima

Una baja autoestima suele llevar a la dependencia o a dejar pasar oportunidades por falta de confianza en uno mismo.

Lo primero que debemos observar es si son seguros o inseguros: si dudan de sus decisiones, si se comparan con los demás, si necesitan reconocimiento exterior o que los otros les digan si lo han hecho bien

Otros elementos que denotan una baja autoestima son:

  • Falta de interés hacia aquello que les resulta difícil, con frases anticipatorias de fracaso como: no puedo o no sé hacerlo.
  • Se rinde ante las dificultades porque no confía en sus capacidades.
  • Teme las situaciones nuevas y necesita que le dirijan para realizar una tarea o directamente las evita
  • Es tímido/a o retraído/a y tiene cierta inestabilidad emocional

La autoestima en síndrome de Down

Cuando a un niño/a con síndrome de Down se le exige que haga algo para lo que aún no está preparado/a, le generará un sentimiento de fracaso que le hace creer que no podrá superar con éxito los retos que se le presenten en futuras ocasiones.

Así, ante una tarea nueva, es probable que pidan se que lo hagamos nosotros o que digan que no saben o no pueden.

Igualmente, si les sobreprotegemos y no les damos la oportunidad de probarse a sí mismos, les impediremos que sepan aquello de lo que sí son capaces

Por eso es importante plantear metas realistas, basadas en la observación y el conocimiento del niño/a, que pueda conseguir de forma independiente.

Su autoestima mejorará cuando le ayudemos a aceptar sus limitaciones y a realizar los esfuerzos necesarios para compensar aquello que más le cuesta.

Una persona con alta autoestima, que es capaz de aceptarse con sus capacidades y limitaciones, estará dispuesta a perseverar en algo cuando no le salga a la primera o buscará otras formas de conseguirlo.

 “El éxito en la vida depende de la capacidad de seguir adelante a pesar de los fracasos

Daniel Goleman, libro «Inteligencia Emocional»

Cómo fomentar su autoestima

La autoestima es la interiorización del concepto que los demás tienen de nosotros.

Comienza desde el nacimiento, pero se va desarrollando a lo largo de la vida a través de las experiencias, por lo que es susceptible de mejorar.

Podemos creer que fomentamos su autoestima si les decimos a todo que lo han hecho muy bien, sin embargo, esto es un error, pues, los halagos indiscriminados no les ayudan a conocer de verdad sus puntos fuertes y además, los niños acabarán dependiendo excesivamente de la opinión de los demás.

Además, tan importante como conocer aquello en lo que son buenos, es aceptar sus defectos con naturalidad para poder trabajar en ellos, en lugar de ocultarlos o sentirse avergonzados.

Estas son algunas formas de ayudarles a construir una buena autoestima:

Hazle sentir que es importante para ti

Cuando es bebé, hazle sentirse seguro a través de gestos y palabras y satisface sus necesidades básicas de manera rápida y amorosa.  Cosas como enfadarte o desesperarte cuando llora o no quiere comer, dejarle llorando en su cuna para que se duerma o dejarle mucho tiempo solo/a, le hará sentir que no es importante.

Cuando es niño/a, hazle sentir que le quieres incondicionalmente sea como sea y haga lo que haga. Déjale hablar sin interrumpirle o muestra interés por sus intentos de comunicación. Muestra respeto por sus opiniones y deseos y permite que haga las cosas a su manera.

Interésate por lo que hace en la escuela. Preguntarle qué es lo que más le gusta hacer y realiza en casa actividades que refuercen su aprendizaje.

Ofrécele confianza y seguridad en ti y en su entorno. Para que en un futuro pueda confiar en sí mismo/a y en los demás, debe sentirse protegido/a en casa.

Ayúdale a descubrir y valorar sus capacidades

Enséñale hábitos de autonomía y autocuidado desde muy pequeño/a. Darle pequeñas responsabilidades e ir incrementándolas le hará saber que confiamos en él/ella y que le consideramos capaz.

Hazle sentir que es fuerte y capaz. No en el sentido de ser mejor o peor que los demás sino en el sentido de que todas las personas somos valiosas tal y como somos.

Hazle consciente de sus virtudes, ayúdale a que sea especial en algo que le guste, que se dé cuenta de sus logros. No es necesario alabar todo lo que hace, los falsos halagos no le ayudan a descubrir aquello que realmente se le da bien.

Establece objetivos razonables para que tenga la oportunidad de alcanzarlos con éxito. No le exijas más ni menos de lo que puede hacer.

Ayúdale a aceptar sus errores y defectos

Ayúdale a conocer sus debilidades. Tratar sus puntos débiles de forma natural es muy diferente de negarlos o ignorarlos. Cuando un niño/a es consciente de ello, necesita hablarlo y aceptarlo con naturalidad. Y si es algo que realmente le importa, anímale a trabajar en ello, pero siempre desde su motivación.  

Anímale a pedir ayuda en las tareas que más le cuestan. Pero nuestra ayuda debe consistir sólo en un simple apoyo para que pueda continuar por sí mismo/a.

No le sobreprotejas: dejar que se equivoque y animarle a hacer cosas por sí mismo/a, le transmite que confiamos en su capacidad

Reconoce su esfuerzo antes que los resultados. Elogia cualquier avance, aunque sea pequeño. No le compares otros niños, sino consigo mismo/a para que vea cómo mejora con la práctica.

Cuida cómo te diriges a él/ella. Expresa primero lo que nos gusta de él/ella y luego el comportamiento que te desagrada: Habla siempre de hechos concretos y no de etiquetas.  “Has hecho la tarea muy bien, pero has olvidado recoger después”, en lugar de: “mira como lo has dejado todo, eres muy desordenado/a

Corrige indirectamente: Cuando están aprendiendo algo nuevo, necesitarán mucha práctica para dominarlo o para entenderlo. La misión del adulto es modelar, pero no corregir directamente o decirle que así no se hace. Si nos enfadamos o perdemos la paciencia, su cerebro se bloqueará y le hará imposible el aprendizaje. Además, no querrá volver a intentarlo, ya que lo recordará como una experiencia negativa.

Modela y trabaja ciertas habilidades

Trabaja la asertividad. La asertividad es la capacidad de expresar nuestras opiniones y deseos con respeto y saber poner límites sin miedo.

Trabaja la empatía: enséñale que no sólo existen sus deseos y opiniones, sino que también ha de escuchar el punto de vista de los otros.

Pon límites: No debemos desistir pensando que no nos entienden. Los límites son necesarios para que sepan qué se espera de el/ella en cada momento y le envían el mensaje de que nos importa.


Y no olvides que hablar de nuestros éxitos y nuestros fracasos con naturalidad y con sentido del humor también les ayuda a aceptarse a sí mismos.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s