Educación activa

Los juegos de construcción construyen la mente de los niños

imagen de niña con sindrome de down haciendo una torre con cubos

Los juegos de construcción ayudan al niño a construir su pensamiento ya que le permiten desarrollar habilidades como:

  • resolución de problemas
  • razonamiento espacial (colocar los objetos en un espacio teniendo en cuenta su tamaño y forma)
  • equilibrio
  • coordinación ojo-mano
  • destreza manual.

Además, aportan una gran sensación de logro y satisfacción si les damos los materiales adecuados a su momento evolutivo.

Etapas en la capacidad constructora de los niños:

La capacidad constructora del niño depende de su desarrollo cognitivo y motor.  Por eso, es importante observar al niño/a y ofrecerle los materiales adecuados a su momento evolutivo para evitar la sensación de frustración y el rechazo del juego.

Los bebés

Los bebés no tienden a construir, sino a experimentar con sus sentidos. De ahí la importancia de ofrecerles materiales naturales, con diferentes propiedades como lana, algodón, madera, metal o corcho.

En esta etapa, una buena opción son las alfombras puzzle de goma eva por dos razones:  

1. Se favorece el movimiento libre al ser una superficie firme pero blanda.

2. Estas alfombras normalmente están formadas por piezas, que pueden separar. Esto les ayuda a comprender que un objeto puede separarse en partes, y más adelante, que también se pueden unir.

Primera etapa: construcciones sin objetivo

En esta fase, la diversión está en el proceso de construir, se crea por el placer de crear. El resultado no importa, por eso, es muy probable que después de construir la torre, la tiren como parte del juego.

Juegos de insertar:

Cuando pueden sostenerse sentados, la construcción más sencilla es de insertar aros en un palo.

Al principio no podemos esperar que los ordenen de mayor a menor, pero ya están comprendiendo la noción de colocar unos objetos encima de otros, y sin la dificultad de mantener el equilibrio.

aros de madera insertados en un palo

Castillos de arena:

La arena tiene una cualidad sensorial que estimula el tacto, es fluida y se escurre por los dedos, pero si la ponemos en un cubo cuando está húmeda la podemos compactar y hacer formas.

Manejar la pala exige coordinación, fuerza y equilibrio, por eso al principio, pueden que prefieran meter la arena en el cubo directamente con las manos.

Hay un material muy interesante para usar dentro del hogar que es la arena mágica, porque no mancha, se recoge con mucha facilidad y es sumamente moldeable

arena magica color rosa con moldes de castillos

Piezas encajables:

Si aún no tiene la destreza de colocar un bloque sobre otro sin que se caiga, pueden usar bloques encajables que se sujetan unos a otros sin necesidad de equilibrio.

Los cubos se pueden colocar en horizontal o en vertical, esto les ayuda a comprender que sumando elementos pueden formar un nuevo objeto como un tren o una torre.

También les ayuda a desarrollar la orientación espacial y es la preparación para en un futuro poder dibujar sobre papel una línea horizontal o vertical.

Piezas homogéneas:

Más adelante, podrán apilar los cubos unos sobre otros buscando el equilibrio para que no caigan.

Esto les ayudará a desarrollar la coordinación ojo – mano y el sentido del equilibrio. Es importante que, por el momento, los cubos tengan el mismo tamaño y forma.

Cuanto más grandes sean los bloques, más fácil será ponerlos unos encima de otros sin que se caigan, por ejemplo, cajas de cartón de tamaño mediano. Recuerda empezar siempre por aquello que sí pueden hacer para ir evolucionando con el tiempo a situaciones más complejas.

Segunda etapa: construcciones que representan algo

Esta segunda etapa suele darse a partir de los 6 años en desarrollo ordinario, es decir, cuando han completado la primera fase del neurodesarrollo y están preparados para el aprendizaje formal.

En esta fase ya hay un objetivo en el juego, se crea buscando un resultado.

Ahora no se trata simplemente de poner unas piezas sobre otras, sino de representar algo, como una casita, un camino o un barco. Si no se les ocurre qué hacer, les podemos acercar animales, muñecos o telas de colores para que puedan construirles un paisaje, una casita, un refugio o una cerca.

Piezas imantadas:

Un buen recurso para empezar son las piezas imantadas con diferentes formas, así pueden empezar a intentar representar algo sin estar pendientes del equilibrio de la construcción

imagen niña con sindrome de down jugando con

Piezas regulares:

Uno de los materiales más versátiles para construir con un objetivo son las piezas de Kapla. Se trata de tablillas de madera que permiten hacer infinidad de construcciones, con un cuadernillo de modelos que sirven como guía para iniciarse en este tipo de construcciones.

Ahora la construcción sí depende del equilibrio de las piezas.

construccion sencilla con piezas kappla

Piezas irregulares:

Por último, lo más difícil será hacer construcciones con piezas irregulares, de distintas formas y tamaños (cubos, triángulos, semicírculos, rectángulos…) porque necesitarán una buena motricidad fina.

Esto permite el desarrollo del equilibrio, la planificación y la visión espacial, ya que el niño/a se verá obligado/a constantemente a resolver los nuevos problemas que vayan surgiendo.

Además, aprenderán sobre las diferentes características de la materia, equilibrio, simetría, dimensiones… y la forma de jugar con ellos para conseguir una composición.

piezas irregulares

Jugando con cartón

El cartón es uno de los materiales más baratos y que más posibilidades ofrece en las construcciones infantiles.

Es muy habitual observar cómo a veces, los niños prefieren la caja de cartón antes que el juguete que lleva dentro.

El cartón tiene tanto éxito porque es un material sencillo, flexible y ligero que se puede convertir con facilidad en multitud de cosas: casitas, coches, barcos…

imagen de construccion infantil con cajas de carton
Las cajas o las láminas de cartón no tienen instrucciones de funcionamiento, su color suave y uniforme no sobre estimula y todo esto favorece la imaginación, utilizándolas para lo que necesiten.

La fragilidad del material que, tras mucho uso, se dobla o se ablanda, les ayuda a comprender que deben ser cuidadosos si quieren que les dure mucho tiempo.

Si queremos favorecer su imaginación no es necesario que aportemos ideas como proponer una ventana o hacer dibujos en el cartón. Cuando un niño imagina que la caja de cartón es una casa, no necesita puertas, ventanas ni alfombras, todo eso ya está en su imaginación, puede ver la casa o el coche, sin necesidad de transformar la caja.

Cuantas menos cosas haga un juguete, más cosas hará la mente de un niño

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