Crianza consciente

Rechazo de alimentos: como superar esta fase con disciplina positiva

imagen niña sindrome de down rechazando un plato de comida

A la hora de alimentar a nuestros hijos, a los padres nos preocupa tanto la calidad como la cantidad de comida que ingieren, pero a veces no sabemos cómo lograr esta alimentación equilibrada en casa.

Podemos ver que la situación se nos ha ido de las manos cuando nuestros hijos comen lo que quieren y parece que no tenemos ningún control sobre ellos o cuando el momento de comer deja de ser una reunión agradable en familia y pasa a ser un campo de batalla.

Descubre el motivo del rechazo

Descubre por qué no quiere comer un cierto alimento. A veces no se trata tanto del sabor como de la textura.

Algunos niños con síndrome de Down pueden tener sensibilidad sensorial a ciertas texturas o atragantarse con los sólidos mezclados con líquidos, por ejemplo, sopa con fideos. En ese caso, quizás bastaría con hacer algunas adaptaciones en la preparación de los alimentos.

Ten en cuenta que el color también puede ser motivo de rechazo. Por ejemplo, los niños, inconscientemente, tienden a rechazar alimentos de color verde ya que, en la época en la que el ser humano era recolector, debía tener cuidado con ciertas plantas verdes que contenían tóxicos.

Ofrece sin forzar

Se dice que hay que ofrecer entre 10 y 15 veces un alimento hasta que lo aceptan, pero hay que tener en cuenta 2 cosas:

  • Propónselo con distintas presentaciones o formas de cocinado
  • No se lo pongas como única opción, sino junto con un alimento “ancla”, es decir, que sabemos que le gusta.

Si aún así sigue rechazándolo, respeta que no lo quiera comer.

Ofrece raciones pequeñas

Normalmente los adultos elegimos la ración que creemos que debe comer el niño/a, sin embargo, sólo ellos saben el hambre que tienen.

Es mejor ofrecer raciones pequeñas y darles más si lo piden, que poner raciones grandes y esperar que se las terminen.

Déjale participar

Deja que te acompañe a hacer la compra de los alimentos y después anímale a participar en la elaboración de las comidas o cenas como batir el huevo, empanar los filetes o poner los ingredientes de una pizza casera.

Involucrar a nuestros hijos en la preparación de los alimentos hace que se interesen por ellos.

Si es necesario, adelanta la hora de comer o cenar

Hay ocasiones en las que rechazan los alimentos porque no tienen hambre o porque tienen sueño.

  • Si han picado algo antes de comer, llegarán a la mesa sin hambre.
  • Si tienen sueño, su cerebro dará prioridad a su descanso, haciendo que sientan inapetencia.

En ambos casos, la solución es tan simple como adelantar media hora el momento de la  comida o de la cena.

Da ejemplo

Nuestros hijos registran todo lo que nos ven comer, incluso aunque en ese momento no quieran probarlo.

Aliméntate de manera sana. Si ven que sus padres lo comen, en algún momento querrán probarlo.

Haz variaciones graduales

Si solo quiere tomar bebidas azucaradas empieza mezclándolas con un poco de agua sin que note mucho la diferencia y ve gradualmente aumentando la cantidad de agua.

El nutricionista Julio Basulto, en su libro: “Se me hace bola”, explica que durante un año, su hija solo quiso cenar arroz blanco, así que sus padres empezaron cambiando un grano de arroz blanco por uno integral y fueron aumentando la cantidad hasta que lo cambiaron por completo. De esta forma respetaron su deseo de comer arroz, pero se lo hicieron más nutritivo.

¿Y si aún sigue rechazando alimentos?

Forzarle a comer, distraerle con dibujos o disfrazar los alimentos pueden dar resultado momentáneamente, pero traerá consecuencias no deseables a largo plazo.

Nuestro objetivo es que se abra a probar nuevos sabores cuando llegue el momento y ese momento puede llegar más adelante.

Los consejos anteriores se dirigen a conseguir este objetivo, sin que necesariamente los resultados sean inmediatos.

Por eso, si sigue rechazando muchos alimentos, no desesperes y céntrate en 3 cosas:

Deshazte de lo que no quieres que coma

Ten en casa solo alimentos saludables y déjale que escoja entre ellos. Si nos preocupa que coma dulces o snacks, lo más sencillo es que no estén disponibles.

Es posible que rechace la fruta porque su paladar se ha acostumbrado al potente sabor de batidos, galletas o dulces.

«No se trata de prohibir los alimentos malsanos, puesto que prohibir es despertar el deseo. Se trata de que no estén en casa, así nadie tendrá que prohibirlos”

Julio Basulto. Nutricionista

No le fuerces. Propón alternativas

En caso de que el menú familiar no le guste al niño/a, en lugar de forzarle a comer, prueba otras opciones:

  • Ofrece un menú alternativo con algún alimento del menú familiar
  • Ofrece el menú familiar y si no lo quiere, prepara un sándwich, una tortilla o algo rápido y sencillo.
  • Pon una variedad de alimentos sanos en la mesa, con uno o dos platos que sabemos que le gustan, por si se anima a probar otras cosas.

Revisa lo que sí come

Por último, no te obsesiones con que coma “de todo”. Antes de desesperarte, pregúntate si ya está comiendo algo de cada grupo de alimentos: verduras/frutas, hidratos de carbono complejos, grasas insaturadas y proteínas.

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