
El dibujo infantil es el primer paso hacia la escritura ya que les prepara para coger bien el lápiz, dirigir el trazo, practicar el inicio y fin de la línea, etc.
Si intentamos que un niño/a empiece con actividades de preescritura antes de estar preparado, solo conseguiremos que se aburra y se frustre.
Por eso, hay que esperar, al menos, hasta que sea capaz de controlar el trazo para dibujar lo que pretende.
Para empezar a dibujar también es necesaria una cierta maduración a nivel cognitivo y corporal, por ejemplo, tener coordinación entre el ojo y la mano y haber trabajado la psicomotricidad fina.
Psicomotricidad fina
Para que puedan manejar bien un lápiz o un rotulador sin sentir cansancio o dolor, es importante que practiquen movimientos diferenciados entre brazos, manos y dedos, en lugar de mover todo el brazo para hacer un movimiento que se puede hacer solo con la muñeca o solo con los dedos.
Actividades para mover la muñeca sin mover el brazo: Enroscar/desenroscar, rasgar papel, batir, tocar el tambor o el xilófono…
Actividades para mover los dedos sin mover las muñecas: Hacer bolitas de papel o plastilina, recortar, coger objetos pequeños con 2 dedos (pulgar e índice) o con 3 dedos (pulgar, índice y medio) …
Fases en la evolución del dibujo infantil
El dibujo pasa por diferentes etapas que nos muestran la evolución del niño/a, según va consiguiendo dominar el trazo y organizar las líneas para que representen algo.
Aunque nuestros hijos con síndrome de Down no vayan al mismo ritmo, podemos ir percibiendo una evolución en sus trazos.
El garabato
El niño/a dibuja por el placer de mover su brazo y ver los trazos que deja el lápiz en el papel.
Al principio no tienen intención de representar formas, pero según va pasando el tiempo, pueden “reconocer” formas en sus trazos al azar, por ejemplo: ¡mira, un plátano!

Primeras agrupaciones
Ahora son capaces de dibujar líneas rectas y curvas.
El movimiento de la mano se va haciendo más lento, agrupando los trazos, en lugar de hacer líneas inconexas, pero aún les falta el control motor para detener la línea en el punto deseado.
El dibujo tiene una intención, quieren dibujar algo, pero no tienen la habilidad para plasmarlo en el papel.
Las líneas se combinan
Una vez que el niño/a puede combinar los círculos y las líneas, puede generar algo parecido a figuras humanas u objetos, pero sin el suficiente detalle para poder identificarlas con claridad.

Primeras formas
Por fin aparecen las primeras formas en las que se pueden identificar objetos o personas.
Al igual que se adquiere el control motor: de la cabeza a los pies y desde la columna hasta los dedos, los elementos a dibujar se despliegan de la misma forma. Por eso, al principio suelen constar sólo de una cabeza y una prolongación a modo de cuerpo
Aparece la figura humana
Al principio, la cabeza se representa muy grande y, poco a poco, se van incorporando el resto de los elementos como brazos, piernas, manos, pies, pelo…
Aún no pueden guardar las proporciones ni la orientación, por eso la cabeza suele ser muy grande, igual que los ojos, y el resto de detalles pueden aparecer separados, flotando o todo junto (brazos y piernas que salen de una gran cabeza)

Consolidación de la forma humana
Ahora la figura humana se puede identificar con claridad porque dispone de muchos detalles.
Lo más importante en esta etapa es que las figuras se diferencian unas de otras, los padres son más grandes que los hijos, incluso pueden expresar emociones, como estar contentos o tristes.
Aparece el contexto
Aparecen elementos como casas, coches, sol, nubes, una línea de tierra donde se apoyan, etc.
El niño/a ahora representa su propia realidad, es decir, que dibuja lo que sabe, no lo que ve, por eso, suele aparecer él/ella mismo/a en primer plano, los objetos pueden ser transparentes para que se vea lo que hay dentro, etc…
Elementos como el color, el tamaño, el emplazamiento de las figuras en la hoja y el contenido, representan su personalidad, sus sentimientos y las situaciones que están viviendo.
Es a partir de este momento cuando un profesional podría empezar a interpretar los dibujos de los niños.
Realismo
Esta última etapa aparece en niños con desarrollo típico a partir de los 9-12 años, dependiendo de la habilidad de cada uno.
El dibujo se hace más adulto y empiezan a respetar las reglas de la perspectiva, los detalles y la representación del modelo tal como es.
Aunque ya se hayan iniciado en la grafomotricidad, es conveniente que continúen con las actividades de dibujo durante toda la etapa escolar, no solo como forma de expresión y creatividad sino porque les ayuda a desarrollar sus capacidades manipulativas y de coordinación.