
¿Sabías que es necesario un buen control del cuerpo y de los movimientos para poder desarrollar otras habilidades como el lenguaje, la concentración, la memoria o la escritura?
El objetivo principal de los niños, durante sus primeros años de vida, es conseguir el control completo de su cuerpo y de sus movimientos
Conseguir el control de su cuerpo, les ayuda a desarrollarse en todos los aspectos:
- En el plano físico, les ayuda a tener conciencia de su cuerpo
- En el plano afectivo y social, es una forma de expresarse y relacionarse y les ayuda a tener confianza en sí mismos
- En el plano mental, desarrolla habilidades cognitivas como el lenguaje, la atención, la memoria y la concentración.
Cuando hablamos de niños, utilizamos el término psicomotricidad, ya que, a través de sus movimientos consiguen una maduración y un desarrollo global. |
Cómo se adquiere el control del cuerpo
Los movimientos de los bebés cuando nacen son involuntarios o reflejos y poco a poco, se van convirtiendo en movimientos voluntarios o controlados, según estas tres leyes:
Ley céfalo-caudal:
El control se consigue de forma descendente, empezando por la cabeza y cuello y terminando por las piernas y pies.
Por eso, los bebés consiguen primero sujetar la cabeza y por último, ponerse de pie.
Ley próximo-distal:
El control se consigue desde la parte más próxima al eje del cuerpo (columna vertebral) hasta las más lejanas (manos y pies)
Deben conseguir un buen control de los ojos, cuello y columna, es decir, una buena estabilidad postural, antes de poder utilizar las manos con destreza.
Respuesta global – específica:
Los primeros movimientos son globales y reflejos hasta convertirse en movimientos específicos y controlados.
Es necesario haber realizado los movimientos más globales como rodar, gatear, andar, correr, agarrar o lanzar, antes de conseguir unos movimientos más controlados como ponerse de puntillas, saltar, o escribir.
Motricidad gruesa y fina
La motricidad es la capacidad para realizar movimientos voluntarios y coordinados
La motricidad gruesa hace referencia a los grandes movimientos, como andar o correr, que realizan ciertos grupos musculares.
La motricidad fina implica todos movimientos pequeños y precisos que realizan las manos, como pintar, insertar, doblar, enroscar… Normalmente necesitan de la vista para poder realizarse.
Desarrollo motor en síndrome de Down
En niños con desarrollo típico, el control del cuerpo y la maduración completa de la motricidad se consigue en torno a los 7 años.
Los niños con síndrome de Down adquirirán todas las habilidades motoras básicas en el mismo orden pero lo harán más tarde debido a varias causas como: maduración más lenta de su sistema nervioso, hipotonía muscular, hiperlaxitud articular y extremidades más cortas.
Estos factores también influirán en la calidad del movimiento, en el equilibrio, en la postura y en la coordinación.
Así, pueden adquirir patrones de movimiento que son funcionales porque compensan la falta de fuerza, la inestabilidad o la longitud de sus extremidades, pero que no son adecuados, y si se mantienen en el tiempo, pueden dar lugar a alteraciones de las estructuras músculo – esqueléticas
Un buen desarrollo de la motricidad implica también que los patrones de movimiento sean los adecuados. |
Por eso, es muy importante que asistan desde los primeros meses de vida a fisioterapia o kinesiología y que nos centremos en que consigan un buen control de su postura y de sus movimientos, que ayudará al desarrollo y maduración neurológica y que será la base de otras habilidades más precisas.
No podemos esperar que un niño escriba si no tiene una buena estabilidad en el tronco y en el cuello, que hable si aún no camina con estabilidad, que se mantenga quieto y atento si no tiene un buen equilibrio o si aún conserva algún reflejo primitivo.
Fases del desarrollo de la motricidad gruesa:
1 Rodar, reptar, gatear, caminar, coger y lanzar objetos.
2. Correr cada vez más rápido y con mayor control, por ejemplo, esquivando objetos, saltar con los 2 pies desde un bordillo, subir y bajar escaleras con ayuda.
3. Saltar con agilidad desde un escalón, ponerse de puntillas, mantenerse en una sola pierna.
4. Correr cambiando de dirección, parar y reanudar la marcha, saltar sobre un solo pie, hacer volteretas, subir y bajar escaleras alternando ambas piernas y sin apoyo
Actividades de psicomotricidad gruesa
Para conseguir el control del cuerpo, tienen que desarrollar progresivamente:
- El tono y la fuerza muscular
- El equilibrio
- La coordinación.
Para desarrollar estas tres capacidades, te propongo algunas actividades fáciles de poner en práctica y de hacer con frecuencia, siempre en función de su etapa evolutiva.
Recuerda que la base del éxito es la práctica diaria.
Actividades que desarrollan el tono muscular
Subir y bajar escaleras
Subir y bajar escaleras les permite fortalecer las piernas y las articulaciones.
Al principio necesitarán agarrarse a algo y pondrán sus 2 pies en cada escalón antes de conseguir hacerlo con pasos alternos.
Correr
El niño cada vez camina más rápido, hasta que tienen la suficiente fuerza en las piernas para levantar los 2 pies del suelo, introduciendo una fase de suspensión en el aire.
Cuando están empezando, podemos llevarles a algún lugar con hierba, y hacer algunos juegos, así, en caso de que se produzca alguna caída, no se harán daño y evitaremos que cojan miedo.
Lanzar pelotas
Al principio, se pueden usar pelotas ligeras y, poco a poco, usar algo un poco más pesado, como saquitos de arena para que fortalezcan los brazos y los músculos de la espalda.
Si jugamos a pasárnoslas entre nosotros o buscamos un objetivo, como tirar a una diana, estaremos desarrollando la coordinación entre la vista y la mano.
Actividades que desarrollan el equilibrio
Balanceo en pelota de Pilates
Es un elemento muy bueno para mejorar el equilibrio y el fortalecimiento de cuello y columna.
Podemos sentarles encima, sujetos desde atrás por las caderas, mientras hacemos pequeños rebotes o colocarles boca abajo encima de la pelota y deslizarla suavemente hacia delante para que levanten el cuello y extiendan los brazos, etc.
Saltar
Además de fortalecer las piernas, trabaja el equilibrio y la coordinación de movimientos.
Empezar en una cama elástica les ayuda a aprender a saltar. Además, al ser una superficie blanda, tiene poco impacto sobre el cuerpo al caer.
Según vayan adquiriendo más fuerza, podrán saltar en el suelo, solo con doblar sus rodillas
Andar por la playa, campo o cualquier superficie con terreno no uniforme
Esto les obliga a hacer constantes ajustes para mantener el equilibrio y además fortalece sus tobillos.
Actividades que desarrollan la coordinación
Escalada
Trepar es una de las actividades que mejor acogida tienen entre los niños. Se define como un desplazamiento donde no hay ningún punto de contacto con el suelo, avanzando a través de sucesivos apoyos.
Hay lugares especializados de escalada, pero en los parques suele haber también cuerdas o rampas para escalar. Es un ejercicio muy completo que les permite fortalecer brazos y piernas, así como trabajar la coordinación y el equilibrio.
Natación
Nadar es un ejercicio especialmente recomendado para trabajar la hipotonía muscular ya que la densidad del agua aprisiona el músculo. Además ofrece mayor resistencia al movimiento, por lo que es necesario emplear más fuerza.
En el agua, los movimientos son más suaves y evitan lesiones porque no tienen que sostener su propio peso. Es importante que el agua no esté muy caliente porque el calor relaja los músculos.
Otras actividades recomendadas para trabajar la postura son: montar a caballo, baile clásico o yoga, pero cualquier actividad que disfruten, como fútbol, danza, bicicleta, etc., será también una buena opción.
La psicomotricidad permite el desarrollo físico, social y psicológico de los niños, utilizando su cuerpo como forma de contacto con su entorno y logrando su maduración a todos los niveles.
El ejercicio físico practicado con frecuencia, ayuda al mantenimiento de la forma física global, mejora la postura y les ayuda a tener una buena coordinación.