
Muchas de las dificultades de las personas con síndrome de Down (problemas de deglución, habla poco inteligible, falta de concentración, boca abierta, caries recurrentes, malformaciones dentales, etc) se deben a una misma causa: la respiración bucal. Por eso, es de vital importancia la prevención o el tratamiento lo antes posible.
Nuestro cuerpo necesita estar bien oxigenado para mantener la salud, sobretodo, el cuerpo de un/a bebé o niño/a que está en pleno proceso de desarrollo, por eso fundamental observar la forma en la que están respirando.
Además de su importancia para la salud, la forma de respirar, nasal o bucal, influirá en el desarrollo de los huesos de la cara y los dientes, ya que la respiración nasal crea una columna de aire que estimula la forma y simetría de la nariz, la forma del paladar y un crecimiento equilibrado de la mandíbula.
¿Por qué se respira por la boca?
Siempre que el/la niño/a tenga algún impedimento en sus vías nasales, tendrá que respirar por la boca. El problema es que el aire que entra por la boca lo hace en mayor cantidad, pero con menor calidad, ya que llega directamente a los pulmones sin filtrar, calentar ni humidificar.
Si persiste este tipo de respiración, las amígdalas pueden aumentar permanentemente de tamaño en su función defensiva y llegar alcanzar un volumen que acentúe las dificultades de respiración y los trastornos de deglución.
Además, la hipotonía muscular en niños con síndrome de Down afecta especialmente a los músculos de la cara, haciendo que su mandíbula caiga y la lengua repose en la parte baja o incluso salga de la boca.
Si tienen la boca constantemente abierta, aumentará la probabilidad de que se acostumbren a respirar por ella. |
¿Cómo puedo saber si mi hijo/a es respirador/a bucal?
- Duerme con la boca abierta
- Ronca durante el sueño
- Permanece con la boca abierta gran parte del día
- Babea
- Tiene ojeras y aplanamiento de la zona de los pómulos
- Sufre otitis frecuentes
- Tiene tendencia a levantar la barbilla para respirar mejor
- Tiene dificultades para masticar y tragar
- Su mandíbula sobresale hacia delante
Consecuencias de la respiración bucal
Cómo afecta al sueño
Siempre que hay una disminución del oxígeno en sangre durante la noche es perjudicial para el niño/a, cuyo sistema neuronal está en pleno desarrollo.
Los síntomas que podemos observar son: ronquido, sueño intranquilo, apenas o posturas extrañas al dormir.
Cuando no tienen un sueño de calidad puede afectar a las actividades diarias, dando como resultado falta de concentración, cansancio crónico y apatía, bajo rendimiento escolar, cefaleas matutinas o problemas de comportamiento.
Cómo afecta a la actividad física
Los niños que respiran por la boca prefieren evitar las actividades deportivas y si se interesan por alguna, su rendimiento físico es bajo porque se cansan enseguida. Además, tener menos oxígeno en sangre puede desembocar en calambres musculares.
Cómo afecta a la fisionomía
Paladar:
La columna de aire que pasa por la boca hace que el paladar crezca hacia arriba, dando lugar a un paladar alto y estrecho.
Este tipo de paladar ojival dificulta que la lengua esté en la posición correcta, que sería reposando en el paladar y no en la parte baja de la boca.
Una lengua baja y un paladar alto y estrecho hacen que los labios no queden cerrados dando lugar a boca abierta y protrusión de la lengua.
Maxilares:
Si la lengua está abajo, va a haber un crecimiento excesivo del maxilar inferior y un desarrollo insuficiente del maxilar superior.
Las consecuencias pueden ser que se caigan dos dientes de leche para que salga uno permanente, que salgan todos los dientes pero estén amontonados o incluso que aparezcan en las encías o en el paladar por falta de espacio.
Además de todo esto, tener la boca abierta constantemente, hace que se seque y se acumulen bacterias que dan lugar a caries, mal aliento y labios agrietados y secos.
Cómo afecta a la alimentación
Otro de los efectos importantes de la respiración bucal es que si la boca adquiere la función de respirar, lo hará en detrimento de las funciones propias de la boca como tragar o masticar.
Un/a niño/a con la lengua baja, que necesita respirar por la boca mientras come, no moverá el alimento para formar el bolo alimenticio y tragará prácticamente sin masticar, dando lugar a digestiones pesadas, estreñimiento o diarrea. De este modo seguirá sin ejercitar los músculos de la lengua, labios y mandíbula, prolongando el problema.
Cómo afecta al habla
Mantener los labios cerrados hace que la lengua se coloque en el lugar adecuado, que es bajo el paladar.
Si la lengua está baja para poder respirar y no adquiere movilidad, el/la niño/a tendrá dificultades para pronunciar los fonemas dentales y alverolares como d, t, l, c, n, r. Así mismo, el sellado de los labios es necesario para pronunciar los fonemas bilabiales como m, p, b.
Tratamiento de la respiración bucal
Las consecuencias de la respiración bucal son complejas y su tratamiento implica varias especialidades.
Lo primero que hay que hacer es consultar con el pediatra, que confirmará el diagnóstico y te remitirá a alguno o varios de estos especialistas:
– el otorrinolaringólogo trata la obstrucción de las vías respiratorias si se debe a un aumento del tamaño de las adenoides (vegetaciones) o de las amígdalas, retirándolas quirúrgicamente para facilitar el paso del aire.
– el alergólogo trata la obstrucción nasal si es de origen alérgico.
– el logopeda trabaja con terapia miofuncional la tonicidad de los músculos de la cara y labios y la movilidad de la lengua. Tratará de modificar ciertos hábitos para aprender a tragar correctamente y para que la lengua se mantenga en la posición adecuada mientras está en reposo.
– el ortodoncista corrige las malformaciones de los huesos de la cara y dientes como consecuencia de la constante respiración bucal.
El maxilar superior experimenta un gran crecimiento entre los 6 y los 12 años. Pero si el niño/a no respira por la nariz, sus fosas nasales, que crecen junto al maxilar superior, no se desarrollarán correctamente, generando más obstrucción nasal.
Por eso, hasta esta edad, es posible estimular su desarrollo mediante un disyuntor o expansor palatino, que ensancha gradualmente tanto el paladar como las fosas nasales. Este aparato se lleva durante un año aproximadamente y después se retira.
Cuanto antes se detecte el problema, más fácil será su tratamiento |
Lo ideal es corregirlo antes del recambio dentario o al menos antes de los 12 años, que es cuando los huesos de la cara aún están en desarrollo, evitando deformaciones tanto en las estructuras como en las funciones.
Prevención de la respiración bucal
El tratamiento se debe comenzar apenas se detecte, pero la prevención se inicia desde el nacimiento.
Es mucho más sencillo trabajar en la prevención, cambiando ciertos hábitos, que en corregir los daños |
Lactancia materna
La hipotonía propia de los niños con síndrome de Down, hace que sea prioritario ayudarles a desarrollar su musculatura orofacial desde el primer momento, ya que si se habitúan a tener la boca abierta y la lengua baja, hay más probabilidades de que terminen respirando por la boca.
La lactancia materna es una de las mejores formas de desarrollar la musculatura orofacial, ya que el bebé debe sostener el pezón materno entre la lengua y el labio superior, mientras los labios actúan sellando la sujeción. Esta práctica acostumbra al bebé a respirar por la nariz.
Biberón
Si el orificio del biberón es demasiado grande, el bebé solo traga, sin hacer trabajar a su musculatura.
Por eso debemos intentar que la succión que tenga que hacer el bebé se parezca en la mayor medida posible al acto de tomar de la teta, para que succione haciendo trabajar sus músculos y generando presiones neumáticas que estimulen el desarrollo muscular y óseo de la mandíbula.
Chupete
Los niños tienen una necesidad biológica de succionar, pero solo se considera adecuado el uso del chupete hasta los 2 años, ya que después puede alterar el crecimiento de los maxilares y causar problemas dentales, favoreciendo la instauración de la respiración bucal.
En caso de utilizar chupete, la tetina, igual que en el biberón, debe ser lo más pequeña posible.
Después de los 2 años hay que evitar el uso tanto del chupete como del biberón. Al beber de un vaso, comienzan a trabajar sus músculos labiales, que darán lugar al sellado de los labios y la correcta posición de la lengua.
Deglución y masticación
Es importante que, entre el año y los dos años de edad, cuando ya tienen todas las piezas dentales, comiencen a masticar alimentos fibrosos, duros o semiduros y secos.
Si les damos papillas durante mucho tiempo, no madurarán sus músculos ni su deglución y tampoco se desarrollarán armónicamente los huesos de la cara.
Existe la opción de prescindir de las papillas, empezando la alimentación complementaria con alimentos blandos que pueden aplastar con sus encías (Baby Led Weaning)
Dispositivos móviles
Cuando un/a niño/a está viendo una pantalla móvil, la postura que adopta es con la cabeza hacia abajo, así que por la ley de la gravedad, la mandíbula cae y la lengua se coloca abajo y adelante.
Además, la curvatura del cuello reduce parcialmente los canales aéreos, por lo que el organismo comenzará a respirar por la boca.
Limpieza de vías aéreas
La nariz es el filtro del aire, por tanto, es indispensable que se mantenga limpia haciéndoles lavados nasales con agua salina o sonándoles con un pañuelo todas las veces que haga falta.
Si el niño está acostumbrado a respirar por la boca, no le molestará tener la nariz tapada, así que normalmente en lugar de expulsar el moco, lo irá tragando, haciendo que los residuos del moco se queden en los senos paranasales y en los conductos auditivos.
La respiración bucal puede aparecer durante un resfriado, pero si una vez sanado, el niño/a no recupera su respiración nasal porque ha encontrado un camino más corto, se puede instaurar definitivamente la respiración bucal.
Ventilación
Es recomendable que la habitación en la que duerme, haya sido ventilada por lo menos una vez al día.
Si a un/a niño/a respirador/a bucal, que no suele usar su filtro natural de aire, que es la nariz, le sumamos un porcentaje extra de contaminantes, estamos aumentando la posibilidad de congestión de sus vías aéreas.
Deporte
Debemos inclinarnos por una actividad que trabaje la postura correcta.
En lugar de continuar yendo a fisioterapia, a medida que crecen, podemos ir introduciendo el hábito de un deporte para que tomen la postura correcta como un juego.
Las actividades como la danza favorecen la correcta postura corporal y cefálica. Lo mismo sucede con las artes marciales, la gimnasia deportiva o la equitación.
La natación también es una práctica muy recomendable porque desarrolla la cavidad torácica y el tono muscular general.
En caso de no poder practicar un deporte, podemos intentar que se aficionen al canto o a tocar un instrumento, preferiblemente de viento para trabajar la correcta respiración.
La respiración nasal evita muchos problemas graves y ofrece a nuestros hijos la calidad de vida que merecen, por eso, si crees que este artículo puede ser de interés, compártelo.
Fuentes:
Respirar por la boca: consecuencias, prevención y tratamiento. Silvia Galetti. Fundación iberoamericana down 21
www.brais.info: doctor, el niño respira siempre con la boca abierta, ¿es normal?
www.enfamilia.aeped.es: respiración bucal en niños
Muy interesante
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