
Los muñecos son el juguete por excelencia en las primeras etapas de vida, ya que representan al propio niño/a mientras ellos toman el rol del adulto, permitiendo así, infinidad de acciones y de formas de relacionarse con ellos.
Hay un tipo de muñecos que son especialmente adecuados para niños/as pequeños/as, me refiero a los muñecos Waldorf. Aunque normalmente se conocen como muñecas Waldorf, los hay de ambos géneros, por lo que, en este post, hablaré de “muñecos” en general.
Se trata de muñecos blandos, de materiales naturales como la lana y el algodón, de colores claros y 100% abrazables.
Pero las 2 características que les hacen tan especiales son éstas:
Representan el estado emocional del niño/a en cada momento:
Es por eso que no tienen un gesto definido. Tienen 2 ojos y una pequeña boca, lo que permite que puedan tener la emoción que el niño/a necesite en cada momento, puede estar triste, contento, enfadado… en lugar de tener una eterna sonrisa.
Representan el momento evolutivo del niño:
Un muñeco no es solo un elemento de juego simbólico, es principalmente una representación del niño o la niña, por eso debemos ofrecer un muñeco parecido a ellos:
– Cuando son bebés: muñecos blandos de abrazar
Son muñecos de apego. Los usan para abrazar, como consuelo, compañía o para dormir. Tienen la principal función de hacerles sentir acompañados cuando nosotros no estamos.
Cuando un niño nace, lo que más desarrollado tiene es la cabeza, que ocupa ¼ parte de su cuerpo (de adultos, nuestra cabeza ocupa sólo 1/8 parte), las extremidades se mueven sin precisión y sus piernas aún no sostienen el cuerpo.
Por eso, este tipo de muñecos tiene una cabeza dura y las extremidades están poco definidas.

Rudolf Steiner, el creador de la Pedagogía Waldorf, sugiere que, para las primeras etapas, serviría simplemente una cabeza dura con 2 puntos a modo de ojos y envuelta por un pañuelo al que se le hacen cuatro nudos en las extremidades. Esto se conoce como «muñeco de nudos»
– Cuando han conquistado la marcha: muñecos con brazos y piernas
El siguiente momento evolutivo es cuando el niño/a aprende a levantarse y caminar. Ahora las piernas toman importancia puesto que ya sostienen el cuerpo y los brazos están libres para agarrar y manipular objetos.
El muñeco ahora tiene ojos y boca, incluso pelo, y se hacen definidos los brazos y las piernas.

La función ahora no es solo de acompañamiento sino que también se usa como elemento de juego presimbólico o realista, representando escenas de su vida cotidiana como darle de comer, pasearle, taparle para dormir, etc.
Las principales funciones son:
- Imitar y practicar los roles que ven en los adultos
- Recrear situaciones familiares y experiencias vividas, tanto positivas como negativas para poder integrarlas
- Desplegar el lenguaje mientras describen las acciones o a través de diálogos con sus muñecos
- La posibilidad de vestirles o desvestirles favorece la psicomotricidad fina
Si quieres saber cómo hacer uno de estos muñecos te dejo el enlace: http://3macarrons.com/project/munecas-waldorf-tutorial-y-patron-gratis/
Cuando María tenía 1 año y medio, me decidí a hacerle un muñeco en en forma de bebé porque aún no caminaba. No es necesario comprar todos los materiales, yo usé uno de los trapitos de muselina que solía tener para ella y corté una camiseta beige para hacer la cabeza. La lana del relleno sí la compré, pero también se puede usar algodón de venta en farmacias.
Y si no tienes tiempo o habilidad (yo tampoco los tengo, pero no es difícil hacerlos) hay otras opciones de muñecas ya confeccionadas que son similares.

La idea principal que nos ofrece la pedagogía Waldorf es que los juguetes, cuanto más sencillos y más versátiles, más posibilidades de creatividad ofrecen, ya que pueden usarlos de muchas más formas que cuando tienen una forma o una función muy definida.
Esto permite que los puedan usar durante mucho tiempo, adaptándolos a las diversas situaciones.