Inteligencia y emoción

Expresión emocional sana. La importancia de validar sus emociones.

imagen de niña sindrome de down con varias expresiones emocionales

Los niños con síndrome de Down pueden tener dificultades para verbalizar sus sentimientos o preocupaciones, pero la expresión de emociones como la alegría o el enfado, es algo que harán de manera natural, como cualquier niño/a.

Si les acompañamos y validamos sus emociones en lugar de reprimirlas, les ayudaremos a ser personas emocionalmente equilibradas.

Las emociones básicas

Las emociones nos ayudan a adaptarnos a las situaciones de la vida, como superar las crisis o disfrutar de las experiencias.

Normalmente se habla de 4 emociones básicas, que son: la alegría, el miedo, la tristeza y el enfado, aunque también se suelen añadir la sorpresa y el asco.

Son emociones básicas porque surgen de manera natural desde que somos muy pequeños y son universales porque se dan en todas las personas. 

¿Represión o validación de sus emociones?

Es importante que permitamos a nuestros hijos expresar siempre sus emociones, aunque nos resulten molestas, ya que si tratamos de reprimirlas, con el tiempo se convertirán en emociones dañinas.

REPRESION:

Reprimir una emoción es transmitirles que lo que sienten está mal, no es adecuado o no es importante. Las formas de represión pueden ser ignorarles, reprenderles o restar importancia a lo que sienten.

Si nuestra respuesta habitual es ésta, ellos acabarán ignorando sus emociones, y serán incapaces de comprender sus sentimientos y los de los demás.

Sin embargo, las emociones no pueden reprimirse siempre. Al final saldrán de un modo poco saludable, por ejemplo convertidas en rencor, pánico o culpa. Emociones perjudiciales, fruto de haber reprimido durante la infancia las emociones naturales.

VALIDACIÓN:

Validar una emoción es transmitirles que lo que sienten es normal y que tienen derecho a sentirse así.  Es conectar con ellos dando un espacio a sus sentimientos.

Puede parecernos que su  reacción es desproporcionada en relación a la causa que la ha generado, sin embargo, validar una emoción significa que comprendemos que, desde su punto de vista, sus razones son importantes.

Esto no significa que permitamos cualquier respuesta como dañar objetos, a otras personas o a sí mismos. En estos casos el límite debe ser muy claro, puede ser un NO contundente o simplemente sujetarles para que no hagan daño a nada ni a nadie, pero siempre permaneciendo nosotros serenos.

Por eso es importante que no les dejemos solos, pues su sistema emocional  se está desarrollando y aún no pueden modular por sí  mismos la expresión de sus emociones.

Hay que tener en cuenta que todo este proceso puede no resultarnos fácil como padres, porque normalmente lo que hemos vivido en nuestra infancia es algo muy diferente.

Quitar importancia a su dolor, tratar de distraerle cuando llora o enfadarnos cuando se enfada, son respuestas habituales que suponen la repetición de los patrones que han usado con nosotros.

Pero existe otra forma de responder que ayudará a que tu hijo tenga un buen sistema emocional cuando sea adulto.

Las 4 emociones básicas. Ejemplos de actuación.

Según la Dra. Elisabeth Kubler-Ross

«Si reprimimos con frecuencia la expresión de las emociones en la infancia, se convertirán en emociones destructivas, fuente de conflicto y confusión, en la edad adulta».

MIEDO:

El miedo es una emoción natural que nos lleva a preservar nuestra vida.

Nacemos con 2 miedos naturales: a los ruidos fuertes y a las alturas. Pero en la infancia se desarrollan otros miedos como: miedo al abandono, a la oscuridad, al dolor o a los extraños. Miedos que también velan por nuestra seguridad.

Si reprimimos la expresión de un miedo natural terminará convirtiéndose en angustia, preocupación o pánico.

Represión:

  • Ignorar su miedo: “pero no te asustes, si no es nada”
  • Forzar el acercamiento: “venga, tírate a la piscina, que no pasa nada”

Validación:

  • Hablar de ello: “sí, hace ruido y el ruido a veces nos da miedo, pero es que los aviones hacen ruido porque van muy rápido por el cielo. Mira, ¿ves que rápido va?”
  • Darle seguridad: “Entiendo que te dé miedo, pero no dejaré que te caigas»
  • No forzar: “Si te da miedo no tienes por qué subir hoy, lo podemos intentar otro día”.

ENFADO:

El enfado natural sucede ante la frustración y nos lleva a luchar por lo que consideramos justo.

Cuando lo dejamos fluir dura unos 15 segundos, pero si se reprime, con el tiempo aparecerán los sentimientos de rabia, odio o frustración constante.

Represión:

  • Molestarnos con ellos: enfadarnos, gritarles o pegarles.

Validación:

  • Ser empáticos: “entiendo que estás enfadado porque quieres seguir jugando, pero ya es tarde y hay que irse a dormir”.
  • Buscar una solución: “sé que estás disgustado por no poder ir hoy al campo, ¿quieres que hagamos un pic-nic en casa?”

TRISTEZA:

La tristeza ocurre cuando perdemos algo. Se resuelve con lágrimas o con un tiempo de refugio en el que poder recuperarnos.

Si se reprime constantemente, a la larga, se pueden convertir en depresión o autocompasión.

Represión: 

  • Quitarle importancia: “tampoco es para ponerse así…” ,“ no llores…”
  • Distracción: distraer su atención con otra cosa o intentar que se ría con bromas.
  • Burla: imitarle o parodiarle…

Validación:

  • Comprenderle: “lo siento, sé que estás triste, sé cuánto te gustaba esa pelota y se ha perdido / roto…”
  • Buscar alternativas a la pérdida: se puede proponer la sustitución si es algo material y de un coste razonable o buscar alternativas con él/ella.
  • Acompañamiento emocional: Si la pérdida es irreparable, un ser querido, una mascota, o un amigo, simplemente podemos estar a su lado, abrazarle y decirle que nosotros también le queríamos  y estamos tristes. También podemos proponer algo que les haga sentir mejor: “¿quieres hacerle un dibujo de despedida?”, “¿Quieres dormir esta noche conmigo?”

ALEGRÍA:

La alegría es una emoción de placer y gozo ante un acontecimiento favorable. La ilusión es experimentar esa alegría por anticipado.

Si se reprime la expresión de la alegría aprenderemos a renunciar a nuestros deseos y a reemplazarla por culpa.

Validación: dejarles que lo exterioricen a su manera, aunque griten, salten o corran, alegrarnos por ellos, celebrarlo…

Represión:estate quieto ya, no grites, para un rato…”, «tampoco te ilusiones demasiado con eso…»

La curva de las emociones

Las emociones duran solo unos minutos si se dejan fluir. Suben hasta llegar a su punto máximo y después empiezan a descender más despacio.

imagen de grafico con curva de las emociones

Cuando sienten tristeza o miedo podemos intervenir abrazándoles y calmándoles desde el primer momento. Sin embargo cuando están muy enfadados, es mejor esperar a que empiece el descenso para calmarles y hablar con ellos tranquilamente.


En el caso de nuestros hijos con síndrome de Down, si son pequeños o aún no tienen mucho lenguaje, podemos pensar que no nos entienden. Debemos adaptar nuestras palabras a su nivel de comprensión, pero en el caso de las emociones, lo que les ayudará es transmitirles nuestra comprensión, tranquilidad y afecto.

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